Los padres obviamente inician los tratamientos pues esperan resultados positivos. Cada niño es diferente, algunos presentan autismo profundo, otros moderado o leve. Según en que grado esté afectada la salud del niño, así como la edad en la que se inicie el tratamiento biológico, determinará la rapidez de la evolución. De esta forma, cuanto menor edad y mas leve el autismo, los niños pueden mejorar sustancialmente en apenas unos meses. Por el contrario, en los casos de autismo profundo y edades ya a partir de los 5 años, las mejorías pueden verse desde un inicio, pero lógicamente la recuperación será más paulatina.
Algunos casos en los que la causa no es solo biológica, sino también genética o anatómica de las estructuras cerebrales, pueden experimentar una importante mejoría, sin que sea del todo reversible la situación. Sin embargo, el tratamiento biológico puede ayudar mucho en la calidad de vida social, cognitiva y física del niño, por lo que en cualquier caso el tratamiento estará altamente recomendado.
Para conseguir resultados significativos, es imprescindible la colaboración de los padres en seguir las pautas de tratamiento y la constancia y aplicación, así como el compromiso por su parte, pues el tratamiento del niño siempre depende de la correcta colaboración de los padres, y las mejorías dependerán en gran parte de su compromiso con la terapia y el terapeuta.
Por regla general se puede decir que en los 3 primeros meses se nota ya una mejoría en la salud del niño, a nivel energético especialmente, que irá ganando terreno en los próximos 6 meses a nivel cognitivo. El siguiente años se trabajará para ir mejorando las disrupciones bioquímicas del organismo, mientras que el niño avanza en el terreno cognitivo-comportamental, recuperando el tiempo perdido a su ritmo y según su edad.
La evolución suele ser paulatina, sin estancamientos ni retrocesos, sino más bien en forma escalonada, a medida que se van abordando todas las disfunciones por etapas, observando mejorias concretas cada vez que se inicia el tratamiento para un nuevo sistema u organo que permanecía en estado disfuncional y crónico.
Autores: Katia Dolle y Vicente Saavedra